EL DEBATE
El debate es un diálogo formal, de carácter argumentativo, en el que dos o más personas exponen su parecer sobre un determinado tema. El tema del debate debe ser potencialmente polémico, para que resulte posible la confrontación de opiniones.
En los debates cobra gran importancia la argumentación, a la que han de acudir los participantes para defender su punto de vista.
Entre los participantes en un debate destaca la figura del moderador, que, entre otras funciones, se encarga de controlar el turno de intervenciones y ceder la palabra a cada interlocutor, así como de procurar que los participantes se centren en el tema prefijado y expongan sus opiniones respetuosamente.
El desarrollo del debate ofrece, por lo general, la siguiente estructura:
- Introducción. En ella el moderador presenta a los participantes y expone el tema que se va a debatir. Ejemplo: “Nos acompañan hoy María Fernández y Claudio Lozano, dos expertos en el tema de la inmigración, en el que se va a centrar nuestro debate. “
- Exposición inicial. Cada participante enuncia su postura acerca del tema.
- Discusión. Es la parte central del debate, en la que los interlocutores confrontan y argumentan sus opiniones.
- Conclusión. Cada participante sintetiza su postura, que puede coincidir con la inicial o haberse visto modificada.
- Despedida. Corre a cargo del moderador, que resume las opiniones expresadas y pone fin al debate.
Al conversar o participar en un debate, se deben expresar las propias opiniones procurando no herir la sensibilidad o las creencias de los interlocutores.
Para introducir nuestra opinión en un diálogo hay algunas fórmulas apropiadas que sirven para matizar los comentarios, insistiendo en el carácter subjetivo de las afirmaciones. Ejemplos:
- En mi opinión…, A mi modo de ver…, Desde mi punto de vista…
Cuando haya que contraponer una opinión a la formulada por otro interlocutor, se pueden emplear algunas expresiones que contribuyen a atenuar la discrepancia, como las siguientes:
- Estoy en parte de acuerdo contigo, pero…; Lamento no coincidir con la opinión de…
Preparar un debate
Un debate se estructura alrededor de una discusión que tiene lugar ante un grupo, en donde dos personas dialogan sobre un tema específico fijado con antelación, y siguiendo un esquema previsto. La organización y el desarrollo del debate dependen en gran parte de la función del moderador, que dirige las intervenciones, da los turnos de palabra, saca conclusiones generales, etc. Los participantes han de ser especialistas en el tema que tratan, pues se pretende que el grupo oyente obtenga información actualizada de las opiniones o puntos de vista que sean relevantes. En los debates, la información o los datos expuestos pueden proceder de fuentes distintas, basta con que sean completos y claros, y que estén reforzados con conceptos e ideas que hagan reflexionar a la audiencia sobre el tema. En un debate es básico conocer las diferentes técnicas de dinámica de grupos, pues al final de este se debe propiciar un turno de preguntas seguido de una discusión organizada en la que pueda intervenir el público libremente.
NOVECENTISMO
Novecentismo es la denominación de
un movimiento estético español, inicialmente artístico y
literario, pero extendido a otros ámbitos de la cultura, que se asocia
genéricamente a las vanguardias artísticas y literarias de comienzos
del siglo XX. Agrupa a un conjunto de autores,
principalmente ensayistas, situados entre la Generación del 98 y la Generación del 27,
por lo que también se identifica con la denominada Generación del 14.
Entre sus miembros principales figuran José Ortega y
Gasset, Manuel Azaña, Rafael Cansinos
Assens,Eugenio d'Ors, José Bergamín, Ramón Gómez de
la Serna, Juan Ramón Jiménez, Ramón Pérez de
Ayala y Gabriel Miró.
El novecentismo
español (Generación del 14)
En 1914 escribió Azorín: "Otra generación ha llegado. Hay
en estos jóvenes más método, más sistema, una mayor preocupación científica.
Son los que este núcleo forman críticos, historiadores, filólogos, eruditos,
profesores. Saben más que nosotros. ¿Tienen nuestra espontaneidad? Dejémosles
paso"
En efecto, una serie de efemérides
significativas confirma la consolidación de esos nuevos aires intelectuales que
Azorín señalaba:
·
En 1914 José Ortega y Gasset pronuncia un discurso Sobre vieja y nueva política, primera manifestación pública de
la recién fundadaLiga de
educación política española, a la que pertenecían además Manuel Azaña, Américo Castro, Manuel García
Morente...
·
Ejercen una
labor decisiva de renovación intelectual una serie de fundaciones derivadas de
la Institución Libre de
Enseñanza: laResidencia de Estudiantes (1911) y el Instituto Escuela (1912)
·
En 1915
Ortega funda la revista España, órgano de los intelectuales reformistas, como lo
será dos años después el diario El Sol, también fundado por él. Y en ese
mismo año se funda la tertulia del Café Pombo, a la que acuden los nuevos
intelectuales, escritores y artistas, presididos por Ramón Gómez de la
Serna.
·
En 1916 el
crítico Rafael
Cansinos-Asséns publica su libro La nueva literatura, primer reconocimiento explícito de las últimas
tendencias.1
La palabra Novecentismo fue usada
por primera vez por Eugenio D'Ors en 1906 para designar aquellas
tendencias que se despegaban rotundamente de las formas literarias o artísticas
heredadas del siglo XIX. Guillermo Díaz Plaja define el Novecentismo como lo que
ya no es ni modernismo ni noventayochismo y como lo que no es todavía
vanguardias (de difícil delimitación) y confluirá en la Generación del 27.
Visto así, el Novecentismo se gestaría en la primera década del siglo (obras
iniciales de Miró y Pérez de Ayala y acceso de Ortega a la cátedra), alcanzó su
máxima afirmación en la vida cultural hacia 1914 y conviviría con las
literaturas de vanguardia en los años 20; su ocaso ideológico y estético
llegaría con la politización de la literatura y de las artes a partir de 1930.
Salvo algún caso individual, las
ideas novecentistas tienen sus raíces en el reformismo burgués, cuyo espectro
ideológico abarca desde un liberalismo puro a posiciones socialdemócratas. En
todo caso, sus figuras más relevantes se mostraron defensoras de los ideales
republicanos.
En lo cultural, el Novecentismo
supone la aparición de un nuevo tipo de intelectual: frente a la bohemia
modernista, se hará gala de "pulcritud", palabra clave del momento, y
al autodidactismo de los noventayochistas se opone ahora una sólida preparación
universitaria fuertemente ampliada en el extranjero. El análisis de los
problemas se imbuye de objetividad frente al pathos angustiado, el subjetivismo y el
irracionalismo de la generación del noventa y ocho: existe una voluntad de
claridad racionalista. Y a ello añaden una vocación didáctica esencial
orientada sobre todo a la formación de "minorías" selectas a través
de la cátedra, la prensa y la tribuna pública o parlamentaria: se proponen una
reforma de arriba abajo y educar la sensibilidad del pueblo.
En cuanto a su ideología, tres son
sus principios esenciales:
·
La reacción
contra las actitudes decimonónicas, implícita en la misma palabra novecentismo:
Ortega, en 1916, se proclamaba nada "moderno" y muy siglo XX. Hasta el Modernismo y el
"98" son vistos como epígonos del siglo XIX. Y son frecuentes sus
declaraciones de antirromanticismo y de fervor por lo clásico.
·
Europeísmo
frente al casticismo precedente. Atienden a lo universal y se resisten a
encerrarse en lo nacional. Ortega definía a los españoles como "una raza
que se muere por instinto de conservación". De ahí se deriva su frecuente
desprecio al "flamenquismo" y su preferencia por lo urbano frente a lo rural.
·
El problema
de España sigue estando presente pero se revisa de forma más rigurosa, serena y
objetiva. Se reacciona contra elpesimismo noventayochista. Pervive sin embargo entre los
novecentistas una concepción "castellanocéntrica" de España (Ortega,Américo Castro...) Y es frecuente entre ellos
la idea de una revolución desde el poder (cuyo antecedente está en el regeneracionismode Joaquín Costa) y un elitismo cuya expresión
máxima se halla en la España invertebrada de José Ortega y Gasset.
En lo tocante a su estética, los
novecentistas presentan, dentro de su variedad, una serie de orientaciones
comunes antirrománticas y antidecimonónicas y asimismo contrarias a un realismo
chato y vulgar. Sus rasgos característicos son comunes tanto a los noucentistescatalanes como a la denominada generación de 1914 (véase Generación de 1914#Características)
y sus principios generales, tomados sobre todo de los idearios estéticos de
Eugenio D'Ors, José Ortega y Gasset, Rafael Cansinos Asséns y, tras ellos,
Díaz-Plaja, son los siguientes:
·
La huida del sentimentalismo y búsqueda
de lo intelectual, algo que
para Rafael Cansinos Assens era uno de los rasgos más notorios de la nueva
literatura. A ello alude también D'Ors al hablar de refrenar "lo dionisíaco· (lo romántico, la exaltación pasional")
y de orientarse hacia "lo apolíneo" (lo clásico, lo sereno). Hay un
rechazo del sentimentalismo y el romanticismo: el arte ha
de ser más intelectual que vital y hay que romper con lo anecdótico y
argumental para renovar los géneros narrativos. En el devenir pendular de la
historia de la cultura (detectado por el propio D'Ors), esta época significaría
un retorno a los clásicos greco-romanos, a sus formas y a sus temas, por
ejemplo lo mitológico.
·
A ello se
añade, como diría D'Ors, el abandono de la "dicción interjeccional",
es decir, desdén del tono apasionado y vehementecuyo prototipo sería el estilo de
Unamuno, y del flamenquismo y otras manifestaciones espectaculares y vulgares
de la cultura.
·
Por ello se
habla de "pulcritud", de pureza, de distanciamiento, de equilibrio.
·
Se crea bajo un imperativo de selección. "La selección", decía
también D'Ors, "es el verdadero espíritu del arte". Y esta selección
produce, en general, una literatura para minorías. Hay una huida de lo vulgar, de lo
fácil y de lo monótono.
·
A la vez es
característico el intelectualismo, producto de la preocupación por evitar lo
sentimental. Y ello es visible incluso en la novela y en la poesía, que abundan
en excursus intelectuales de naturaleza
ensayística; el mismo ensayo, género típicamente intelectual, es el
más practicado por la mayoría de sus miembros.
·
Todo conduce
hacia el ideal de un "arte puro", que
se proponga un mero placer estético. Por ese camino, D'Ors llegará a proponer
un arte "arbitrario", casi lúdico o puro juego, lindante con esa
"deshumanización del arte" que Ortega verá en el Vanguardismo. El
arte ha de ser imaginativo y debe romper con las visiones pegadas a la
realidad. Un papel importante para ello le cabe al humor y a la renovación de los géneros con
nuevas técnicas que olviden la trama narrativa o el argumento. Abundantes
digresiones. El género más abundante y cultivado es el ensayo, que se extiende a los otros géneros. En
suma, búsqueda del «arte puro», del arte por el arte, de la poesía pura y de la autonomía de la obra artística, que ha de ser
bien hecha, perfecta, autónoma. Domina el orden, la perfección, la belleza.
·
Pulcritud,
distanciamiento, equilibrio, «deshumanización» (Ortega
titulará uno de sus ensayos La deshumanización
del arte, donde
acuña el concepto de arte deshumanizado para el arte moderno).
·
En el
terreno de las formas, es fundamental la preocupación por el lenguaje. Hay en los novecentistas un
cuidado del estilo cuyo concepto clave sería, según Díaz-Plaja, el de
"tensión": el escritor huye de lo fácil y desmañado; la misma prosa
da abundantes muestras de la función poética del lenguaje (metáforas de Ortega,
riqueza lírica de Miró...). Es sintomático el cultivo del poema en prosa (de
1914 es Platero y yo, de J. R. Jiménez). Igualmente se produce un proceso
de depuración y adensamiento del lenguaje en la poesía posmodernista.
·
Cosmopolitismo: huida de los aspectos más
nacionalistas de la cultura y Europeísmo. Apertura a las corrientes
intelectuales europeas y su traslación a España y a los países americanos de
habla hispana.2
·
La ruptura
con la generación anterior propia de toda generación nueva no implicaba en su
caso una ruptura genérica con el pasado: para Eugenio d'Ors Todo lo que no es tradición, es
plagio. Aun así,
las polémicas con los maestros de la generación anterior son sonadas (especialmente
la que enfrentó a Unamuno con Ortega -expresada en el lema unamuniano ¡Que inventen ellos!-).
·
Frente al ruralismo de la generación de 1898 (que buscaba en el paisaje y el paisanaje, especialmente el de Castilla, la
esencia de lo español), la atención se vuelve hacia lo urbano, la ciudad
y los valores urbanos (civiles y civilizadores).
·
Elitismo y concepto de vanguardia estética, intelectual y social.3 4 5
Nómina
Entre los miembros más destacados
del novecentismo figuran los ensayistas José Ortega y Gasset, Manuel Azaña, Gregorio Marañón, Rafael Cansinos
Assens, Eugenio d'Ors,José Bergamín, Antonio Espina, Manuel García
Morente, Corpus Barga, Pablo de Azcárate y Fernando Vela, el
polifacético Ramón Gómez de la
Serna, los poetas Juan Ramón Jiménez, León Felipe, Josep Carner, Ramón de Basterra, Mauricio Bacarisse, Juan José Domenchina, Fernando Villalón y José Moreno Villa (al lado del grupo de losposmodernistas, representados por Enrique de Mesa, Enrique Díez-Canedo, Emilio Carrere, Alonso Quesada y Tomás Morales), los novelistas de una cierta
renovación comoRamón Pérez de Ayala, Gabriel Miró, Benjamín Jarnés, Félix Urabayen, Wenceslao Fernández
Flórez, Joaquín Arderíus y Alberto Insúa y los de tendencia más tradicional comoConcha Espina, Ricardo León, Alejandro Pérez
Lugín, Antonio de Hoyos y
Vinent, Joaquín Belda, Eugenio Noel y Manuel Ciges
Aparicio; el diplomático y escritor Salvador de
Madariaga, el humorista Julio Camba, los
dramaturgos Jacinto Grau y Pedro Muñoz Seca, y los
historiadores Claudio Sánchez
Albornoz y Américo Castro.
Entre las mujeres cabe citar a María de Maeztu, Clara Campoamor, Victoria Kent, María Goyri y Zenobia Camprubí, muchas
de ellas integradas en los Lyceum Club Femeninode
Madrid y Barcelona.
El novecentismo
catalán
El uso de ambas etiquetas (novecentismo y generación de 1914) no es totalmente intercambiable,
puesto que el término novecentismo fue acuñado en catalán por Eugenio d'Ors (noucentisme) con un
propósito más restringido al ámbito cultural catalán. Lo desarrolló en un
conjunto de artículos publicados desde 1906, donde proponía la idea de un arte social y cívico, superador del modernismo o del simbolismo, que consideraba caducos y
decadentes. Ya en 1901 su conferencia Amiel en Vich mostraba el rechazo al modernismo y
la tradición romántica.6 En 1911 publicó el Almanach dels Noucentistes. El mismo año, el pintor Joaquim Sunyer expuso en Faianç Catalá; en lo que se consideró un
manifiesto de la nueva estética. Esta propuesta de renovación de las artes
plásticas se prolongaría en las décadas de 1910 y 1920.7
Entre los noucentistes literarios estarían, destacadamente,
el propio D'Ors y Josep Carner; además de Narcís Oller, Joaquim Ruyra, Jacinto Grau, Carles Soldevila o Josep Maria
Millàs-Raurell, entre otros. Los autores catalanes del noucentisme derivaban de la Renaixença pretendiendo elevar la cultura catalana a un nivel
europeo. Buscaban la belleza y la perfección formal, con el gusto por palabras
arcaicas, referencias clásicas y ritmos armónicos. Las pretensiones estéticas e
ideológicas de los autores de la generación del 14 eran muy similares. Aunque
no poseen conciencia de grupo, los novecentistas sí que compartían algunos rasgos
coincidentes, entre sí y con los miembros de la generación de 1914, como su elevada preparación
intelectual, su opción por la literatura ensayística, su europeísmo (que anteponen al castellanismo noventayochista); la obsesión constante por una obra
«bien hecha», alejada de cualquier improvisación, y un gran cuidado de la
forma.
También se utiliza el término mediterraneísmo (para designar especialmente a los
artistas plásticos del movimiento «noucentista»:8 los pintores Joaquín Torres
García, Joaquim Sunyer y Josep Maria Sert; y los escultores Josep Clarà, Manolo Hugué, Enric Casanovas, Julio González, Pablo Gargallo y Cristino Mallo. El
catalán-francés Arístides Maillol, de una
generación anterior, ha sido asociado a la estética de este movimiento (Mediterránea,
1905). Entre los músicos estarían Óscar Esplá, Joaquín Turina y Conrado del Campo.9 Coetáneo de estos fue el gran violoncelista Pau Casals.
Se habla también de una arquitectura
del noucentisme, diferenciada pero simultánea a la arquitectura
modernista de las primeras décadas del siglo XX. arquitectos como Josep Goday o el arquitecto gerundense Rafael Masó i
Valentí (1880-1935), seran unos de los más claros promotores de la arquitectura
novecentista, mientras que Josep Maria Pericas mezla elementos modernistas y
novecentistas, especialmente en obra civil. También incluso se llegó a nombrar
una jardinería noucentista.10
El periodista y dibujante Junoy (Josep Maria Junoy i
Muns), desconectado de D'Ors y el grupo noucentista, propuso la
creación de una «escola mediterránia» con fundamentos estéticos similares
(artículos desde 1911 en La Piedad, con el pseudónimo de Héctor Bielsa).11
LAS VANGUARDIAS LITERARIAS
EUROPEAS Y ESPAÑOLAS. RELACIONES.
1. LAS VANGUARDIAS.
El término “vanguardia”: su origen
está precisamente en el vocablo francés avant-garde, término de origen
militar y político, que venía a reflejar el espíritu de lucha, de combate y de
confrontación que el nuevo arte del siglo oponía frente al llamado arte
decimonónico o académico. Desde el principio, el arte vanguardista adquiere una
impronta provocadora contra lo antiguo, lo naturalista o lo que se relacionara
con el arte burgués. No será causalidad que todas las primeras manifestaciones
de estos vanguardismos estén repletos de actos y gestos de impacto social, como
expresión de un profundo rechazo a la llamada cultura burguesa. La Primera Guerra ,
como expresión del afán imperialista y del profundo fracaso de esa burguesía
por conseguir la paz, será el período en que, junto a actitudes diversas de
rechazo a la guerra, afloren todas estas manifestaciones artísticas
extraordinarias con una versatilidad y agilidad desconocidas hasta entonces.
El arte vanguardista representa
un corte profundo en la evolución estética de Occidente: el abandono radical de
la mimesis, la negación del realismo, que siempre había estado en el trasfondo
de los movimientos de la renovación. La Vanguardia surge en medio de la guerra europea
del 14, crece al calor de los años de desarrollo económico que siguen y
desemboca en la crisis posterior a 1929. No es ninguna casualidad que el
surgimiento de los vanguardismos artísticos y literarios esté relacionado
íntimamente con el periodo de mayor intensidad social, ideológica, en
definitiva histórica, del siglo XX: el periodo que va desde la Primera guerra del 14 al
inicio de la Segunda
en 1939. En esos 15 ó 20 años cuajan las experiencias del nuevo arte: unas
pasarán rápidamente, otras quedarán incorporadas al arte para siempre,
pero la revolución de las formas y de los contenidos se producirá, sin duda, a
partir de aquellas vanguardias de los años 20.
Los
vanguardismos despuntan inmediatamente antes o durante En esos años, los artistas vanguardistas se han enfrentado al mundo de ideas proveniente del pensamiento burgués: unos derivarán hacia el antiburguesismo de tipo fascista, como es el caso del futurismo italiano de Marinetti; otros volcarán su rebeldía en el movimiento proletario izquierdista. De esta forma, los dos grandes movimientos que marcarán el siglo XX, el fascismo-nazismo y el comunismo, serán expuestos y cantados en sus iniciales años de poder a través de una estética y unas formas vanguardistas. El caso más ilustrativo es el del surrealismo francés y su apuesta por la revolución comunista.Posteriormente serán ellos mismos perseguidos y prohibidos por los propios aparatos culturales de estado, como ocurrió en
La gran confrontación ideológica y militar de la década de los cuarenta,
Como vemos, los "ismos"
vanguardistas se suceden en Europa a un ritmo muy rápido. Algunos pasan como
efímeras modas; otros dejan una huella imborrable. Nosotros nos limitaremos a
examinar a continuación aquellos que aportaron cambios sustanciales en la
literatura entre principios de siglo y 1939.
2. EL FUTURISMO.
En 1909, Marinetti, escritor
italiano, publica su primer Manifiesto. Niega cualquier forma de arte pasado y
presente, y exalta con optimismo la civilización mecánica y las conquistas de
la técnica. La literatura escogerá, por tanto, nuevos temas, nuevos mitos: la
máquina, el avión, la energía eléctrica, el deporte... De dichas composiciones
derivaba igualmente cierto tipo de humor mundano entre lúdico, admirativo y
desesperanzado. El estilo busca el dinamismo, la rapidez verbal, rompiendo a
veces con la sintaxis", para dejar “las palabras en libertad”. La figura
más significativa del futurismo es el ruso Mayakovski. Su verdadera importancia
reside en el hecho de que abrió sus puertas a temas inéditos hasta entonces y a
nuevas posibilidades de lenguaje.
3. EXPRESIONISMO.
Surge en Alemania en 1911, teniendo
como mayor difusor a Ivan Goll. Es el movimiento de vanguardia más difícil de
identificar. Es el resultado de la situación política de Alemania antes y tras la Primera Guerra
Mundial. Se basa en la expresión de sentimientos subjetivos, más que en una
descripción de la realidad. Personajes y escenarios se presentan de un modo
distorsionado, con la idea de producir un gran impacto emocional. Por este
mismo motivo se realza la fealdad, lo demoníaco, el poder de las tinieblas y un
gusto sadomasoquista por lo catastrófico. Destacan el caos como medio donde se
desenvuelve el protagonista.
En el terreno literario, los temas
fundamentales están inspirados por la visión crítica de la sociedad y los
sentimientos de horror, sufrimiento y solidaridad generados por la catástrofe
de la Primera Guerra
Mundial.
4. EL CUBISMO.
En poesía, el cubismo intenta
eliminar lo anecdótico; los poemas carecen de puntuación y su métrica es
irregular; el poema se convierte en una sucesión de anotaciones, de
presentación de estados de ánimo, sin enlace visible, sin continuidad
cronológica: se confunde lo presente, lo pasado y lo futuro. No hay
elaboración. Se intenta crear una obra de arte con autonomía absoluta, y no por
las confrontaciones que puedan hacerse con la realidad. Mencionar también
(sobre todo, tras los famosos Caligramas de Apollinaire) las especiales
disposiciones tipográficas de los versos, formando “imágenes visuales”. Este y
otros artificios, como el “collage” serán aprovechados por posteriores
movimientos vanguardistas.
5. EL DADAÍSMO.
6. EL SURREALISMO.
Se trata de un cambio radical en la
concepción del arte y del trabajo del artista. André Breton lo preside y
publica en 1924 el Primer Manifiesto, en donde a las audacias del Dadaísmo
añade concepciones filosóficas de Freud y Marx. Pretende ser una revolución
integral. Su gran lema sería "transformar la vida". Y propugna la
liberación del hombre y de su capacidad creadora. Liberación de los impulsos
naturales del hombre reprimidos en el subconsciente por una razón sumisa a las
convenciones morales y sociales.
De ahí también el propósito de
liberar el poder creador del hombre. Se deberá escribir (o pintar, etc.) al
dictado de un pensamiento libre de toda vigilancia ejercida por la razón. Se
utilizaron para ello técnicas diversas: la escritura automática, realizada sin
reflexión, a veces bajo la influencia de drogas, wel collage de frases
recortadas al azar de periódicos, la interpretación de sueños,... Según Freud,
en los sueños aflora el mundo del subconsciente, pero en forma de imágenes
ilógicas, cuya estructura patente, o superficial es símbolo de contenidos
latentes o profundos, en virtud de ciertas transformaciones.
Así pues se produce una liberación
del lenguaje con respecto a lo que sería la expresión normal o lógica. En un
poema surrealista, se mezclan objetos, conceptos y sentimientos que la razón
mantiene separados; asociaciones libres e inesperadas de palabras, metáforas
insólitas... Es un lenguaje que no se dirige a nuestra razón, sino que quiere
despertar en nosotros sentimientos y reacciones también inconscientes. Ante un
poema de este tipo, el lector no comprende, pero puede recibir fuertes impactos
que le produzcan emociones profundas. Podemos decir, por tanto, que el
Surrealismo inauguró también un nuevo modo de leer.
7. LAS VANGUARDIAS EN ESPAÑA.
7.1. Repercusiones de los “ismos”
en España.
España está en consonancia con el
resto de Europa. Los ismos se dejarán sentir pronto en nuestras letras.
En literatura las vanguardias tienen
como pionero e impulsor a Ramón Gómez de
la Serna ,
original creador, de excéntrico comportamiento, fundador de la famosa tertulia
de Pombo. Su temperamento provocador se manifiesta a través de la subversión
vanguardista. Durante largos años, sus actitudes personales tuvieron
constantemente un carácter llamativo y pintoresco: pronuncia conferencias
montado a lomos de un elefante o vestido de torero. Escribió una nutrida obra
literaria: ensayos, biografías , narraciones cortas, novelas , obras de teatro,
…La más genuina expresión del universo ramoniano son las greguerías, frases a
veces brevísima en las que se recoge una metáfora ingeniosa, una imagen
insólita, un pensamiento juguetón y atrevido, poniendo en relación realidades
aparentemente dispares. Él mismo las definió como: “metáfora + humor”. Las Greguerías se publicaron
independientemente en distintos volúmenes a partir de 1917. Sus novelas son, en
buena media, una acumulación de greguerías: El
incongruente, El novelista,
El torero Caracho... También
abundan estas imágenes en sus agudas biografías: Don Ramón María del Valle-Inclán, Lope viviente... y en otras piezas misceláneas: El rastro, que revela su amor por
los objetos, Senos, El circo... Muy interesante es El doctor inverosímil, con un
repertorio de “casos desesperados y oscuros” en los que interviene un extraño
médico que cura las dolencias de cuerpo y alma. Ramón escribió también algunas
piezas teatrales, igualmente originales y sorprendentes pero con escasa
consistencia y dominio técnico. Su mayor valor es el intento de renovación que
las anima. Destaca en particular Los
medios seres, de sello vanguardista.
En el ambiente literario del
momento, proliferan las tertulias y revistas donde el Vanguardismo halla
acogida o comentario. Entre las tertulias son famosas las del Café de Pombo,
presidida como ya sabemos por “Ramón”, o la del Café Colonial, en torno a
Cansino-Assens. Son muchas las revistas interesantes aunque de vida efímera;
dos son esenciales: la Revista
de Occidente y La
Gaceta Literaria. Tras estos datos se observa un hervor de
inquietudes y experiencias.
El movimiento más influyente en
España fue el SURREALISMO. Fue
conocido tempranamente: a la traducción del Manifiesto en 1925 hay que añadir
las visitas de Breton a Barcelona (1922) y la de Aragon a la Residencia de
Estudiantes de Madrid (1925), donde vivían Buñuel, Lorca, Dalí... Pero la
difusión del Surrealismo en España debe mucho al poeta Juan Larrea. A él debe
atribuirse (según Cernuda) la orientación surrealista de varios poetas del “27” . Para otros es fundamental
la influencia de Dalí o de Buñuel. Lo cierto es que casi todos los componentes
del grupo, en cierto momento de su evolución, quedaron fuertemente marcados por
el Surrealismo. A su influjo, se deben dos libros fundamentales como Sobre los
ángeles de Alberti o Poeta en Nueva York de Lorca, así como buena parte de la
obra de Aleixandre.
Pero en general, el Surrealismo
español no es ortodoxo: nuestros poetas no llegaron a los extremos de la pura
creación inconsciente, ni practicaron la “escritura automática”. Podemos ver en
sus poemas una intencionada idea creadora como hilo conductor de las mayores
audacias. Lo que sí hubo es una liberación de la imagen, desatada de bases
lógicas; y con ello, un enriquecimiento prodigioso del lenguaje.
En definitiva, el Surrealismo supuso
la crisis del ideal de “pureza” y “deshumanización” que había estado vigente
durante unos años. Con el surrealismo, lo humano, e incluso lo social y lo
político, penetrarán de nuevo en la literatura. Así lo prueban, entre otras,
las trayectorias de Lorca, Alberti o Neruda.
7.2.
Futurismo, ultraísmo, creacionismo y postismo en España.
FUTURISMO. Se conoció pronto en España: Ramón publicó
en 1910 su manifiesto en la revista Prometeo. Pero no creó escuela. Sí se
hallaran huellas de su temática, esporádicamente, en poetas del 27 (Salinas
escribe poemas a la bombilla eléctrica o a la máquina de escribir; Alberti
canta a actores de cine o a un portero de fútbol...).
ULTRAÍSMO: Hallamos elementos futuristas, cubistas...
Es un efímero movimiento español, cuyo primer manifiesto aparece en 1919, en la
revista Cervantes. En 1923 estaba ya
agonizando. Sus principales características son:
a) Piden la independencia de la metáfora y de
la imagen.
b) Desdeñan
lo ornamental: sus versos (siempre libres) son simples, casi esquemáticos, sin
concesiones a la belleza externa y, a menudo, buscan la tipografía expresiva,
aunque sin llegar al caligrama.
c) Desprecia lo sentimental y buscan emociones
intelectuales o irracionales. Aman lo industrial y lo mecánico.
Su principal motor fue Guillermo de
Torre, y también estuvieron ligados al ultraísmo Borges, Ramón Gómez de la Serna , Gerardo Diego...
CREACIONISMO. Iniciado en París por el poeta chileno
Vicente Huidobro y el francés Pierre Reverdy. En 1918, Huidobro lo da a conocer
en España. “Los creacionistas queremos hacer un arte que no imite ni traduzca
la realidad”. Se aleja, por tanto, de la realidad y tiende a la abstracción. El
poema será un objeto autónomo, “creación absoluta” (no imitación). El poeta
cultivará el juego de azar de las palabras. La imagen no se basará en la
comparación entre dos realidades: éstas se aproximan de modo gratuito en virtud
de una relación arbitraria que el poeta “crea” entre ellos. Seguidores de
Huidobro son Juan Larrea (luego surrealista) y Gerardo Diego (su máximo
representante).
El creacionismo tendía al empleo de
la metáfora, así como a la mayor precisión expresiva, gracias a que se evitaba
el uso de las aposiciones explicativas, de los nexos innecesarios y de los
adjetivos inútiles. Al igual que los demás movimientos de vanguardia, el
creacionismo desechó los moldes poéticos tradicionales, tendiendo, por
consiguiente, al verso libre y sin ningún tipo de rima, más cercano a las
formas coloquiales y meditativas que a la musicalidad buscada en las
composiciones de siglos anteriores.
POSTISMO. Nace en 1945 en Madrid. Está representado,
sobre todo, por Eduardo Chicharro y Carlos Edmundo de Ory, que se hallan en el
café Pombo. Su intento, muy próximo al surrealismo (se habla de surrealismo
hispánico) es, no obstante, revisar la estética de todas las vanguardias de las
primeras décadas del siglo. Reivindica la libertad expresiva, la imaginación,
lo lúdico. Rechaza la angustia existencialista y, frente a la inmediata poesía
social, se presentará como una rebeldía subjetiva, aunque no menos
antiburguesa.
CARACTERÍSTICAS DE LAS ORACIONES SUBORDINADAS ADJETIVAS | ||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Son subordinadas adjetivas las proposiciones que desempeñan, en el seno de una oración compuesta, la función de una adjetivo (CN), es decir, expresan, como el adjetivo, una característica de un nombre de la proposición principal, llamado antecedente:
Me desagradan las personas que gritan mucho (=gritonas)Me desagradan las personas (Las personas) gritan mucho | ||||||||||||||||||||||||||||||||||
PUEDEN IR INTRODUCIDAS POR...
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EL ANTECEDENTE PUEDE SER...
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LA FUNCIÓN DE LOS PRONOMBRES RELATIVOS
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TIPOS: EXPLICATIVAS Y ESPECIFICATIVAS
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LAS SUBORDINADAS ADJETIVAS SUSTANTIVADAS
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OBSERVACIONES | ||||||||||||||||||||||||||||||||||
1. Cuando el pronombre relativo va precedido de preposición forma un sintagma preposicional que es parte integrante de la proposición adjetiva:
La ciudad en que nació ha sido devastada por la guerra.
La ciudad aquella ha sido devastada.
La conmutación por el demostrativo incluye la preposición.
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2. El infinitivo, gerundio y participio no actúan como nexo, únicamente desempeñan la función de núcleo del predicado.
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