Unidad 8

EL DEBATE

El debate es un diálogo formal, de carácter argumentativo, en el que dos o más personas exponen su parecer sobre un determinado tema. El tema del debate debe ser potencialmente polémico, para que resulte posible la confrontación de opiniones.
En los debates cobra gran importancia la argumentación, a la que han de acudir los participantes para defender su punto de vista.
Entre los participantes en un debate destaca la figura del moderador, que, entre otras funciones, se encarga de controlar el turno de intervenciones y ceder la palabra a cada interlocutor, así como de procurar que los participantes se centren en el tema prefijado y expongan sus opiniones respetuosamente.
El desarrollo del debate ofrece, por lo general, la siguiente estructura:
  • Introducción. En ella el moderador presenta a los participantes y expone el tema que se va a debatir. Ejemplo:  “Nos acompañan hoy María Fernández y Claudio Lozano, dos expertos en el tema de la inmigración, en el que se va a centrar nuestro debate. “
  • Exposición inicial. Cada participante enuncia su postura acerca del tema.
  • Discusión. Es la parte central del debate, en la que los interlocutores confrontan y argumentan sus opiniones.
  • Conclusión. Cada participante sintetiza su postura, que puede coincidir con la inicial o haberse visto modificada.
  • Despedida. Corre a cargo del moderador, que resume las opiniones expresadas y pone fin al debate.
Al conversar o participar en un debate, se deben expresar las propias opiniones procurando no herir la sensibilidad o las creencias de los interlocutores.
Para introducir nuestra opinión en un diálogo hay algunas fórmulas apropiadas que sirven para matizar los comentarios, insistiendo en el carácter subjetivo de las afirmaciones. Ejemplos:
  • En mi opinión…, A mi modo de ver…, Desde mi punto de vista…
Cuando haya que contraponer una opinión a la formulada por otro interlocutor, se pueden emplear algunas expresiones que contribuyen a atenuar la discrepancia, como las siguientes:
  • Estoy en parte de acuerdo contigo, pero…; Lamento no coincidir con la opinión de…

Preparar un debate

Un debate se estructura alrededor de una discusión que tiene lugar ante un grupo, en donde dos personas dialogan sobre un tema específico fijado con antelación, y siguiendo un esquema previsto. La organización y el desarrollo del debate dependen en gran parte de la función del moderador, que dirige las intervenciones, da los turnos de palabra, saca conclusiones generales, etc. Los participantes han de ser especialistas en el tema que tratan, pues se pretende que el grupo oyente obtenga información actualizada de las opiniones o puntos de vista que sean relevantes. En los debates, la información o los datos expuestos pueden proceder de fuentes distintas, basta con que sean completos y claros, y que estén reforzados con conceptos e ideas que hagan reflexionar a la audiencia sobre el tema. En un debate es básico conocer las diferentes técnicas de dinámica de grupos, pues al final de este se debe propiciar un turno de preguntas seguido de una discusión organizada en la que pueda intervenir el público libremente.

NOVECENTISMO

Novecentismo es la denominación de un movimiento estético español, inicialmente artístico y literario, pero extendido a otros ámbitos de la cultura, que se asocia genéricamente a las vanguardias artísticas y literarias de comienzos del siglo XX. Agrupa a un conjunto de autores, principalmente ensayistas, situados entre la Generación del 98 y la Generación del 27, por lo que también se identifica con la denominada Generación del 14. Entre sus miembros principales figuran José Ortega y Gasset, Manuel Azaña, Rafael Cansinos Assens,Eugenio d'Ors, José Bergamín, Ramón Gómez de la Serna, Juan Ramón Jiménez, Ramón Pérez de Ayala y Gabriel Miró.

El novecentismo español (Generación del 14)


En 1914 escribió Azorín: "Otra generación ha llegado. Hay en estos jóvenes más método, más sistema, una mayor preocupación científica. Son los que este núcleo forman críticos, historiadores, filólogos, eruditos, profesores. Saben más que nosotros. ¿Tienen nuestra espontaneidad? Dejémosles paso"
En efecto, una serie de efemérides significativas confirma la consolidación de esos nuevos aires intelectuales que Azorín señalaba:
·         En 1914 José Ortega y Gasset pronuncia un discurso Sobre vieja y nueva política, primera manifestación pública de la recién fundadaLiga de educación política española, a la que pertenecían además Manuel Azaña, Américo Castro, Manuel García Morente...
·         Ejercen una labor decisiva de renovación intelectual una serie de fundaciones derivadas de la Institución Libre de Enseñanza: laResidencia de Estudiantes (1911) y el Instituto Escuela (1912)
·         En 1915 Ortega funda la revista España, órgano de los intelectuales reformistas, como lo será dos años después el diario El Sol, también fundado por él. Y en ese mismo año se funda la tertulia del Café Pombo, a la que acuden los nuevos intelectuales, escritores y artistas, presididos por Ramón Gómez de la Serna.
·         En 1916 el crítico Rafael Cansinos-Asséns publica su libro La nueva literatura, primer reconocimiento explícito de las últimas tendencias.1
La palabra Novecentismo fue usada por primera vez por Eugenio D'Ors en 1906 para designar aquellas tendencias que se despegaban rotundamente de las formas literarias o artísticas heredadas del siglo XIX. Guillermo Díaz Plaja define el Novecentismo como lo que ya no es ni modernismo ni noventayochismo y como lo que no es todavía vanguardias (de difícil delimitación) y confluirá en la Generación del 27. Visto así, el Novecentismo se gestaría en la primera década del siglo (obras iniciales de Miró y Pérez de Ayala y acceso de Ortega a la cátedra), alcanzó su máxima afirmación en la vida cultural hacia 1914 y conviviría con las literaturas de vanguardia en los años 20; su ocaso ideológico y estético llegaría con la politización de la literatura y de las artes a partir de 1930.
Salvo algún caso individual, las ideas novecentistas tienen sus raíces en el reformismo burgués, cuyo espectro ideológico abarca desde un liberalismo puro a posiciones socialdemócratas. En todo caso, sus figuras más relevantes se mostraron defensoras de los ideales republicanos.
En lo cultural, el Novecentismo supone la aparición de un nuevo tipo de intelectual: frente a la bohemia modernista, se hará gala de "pulcritud", palabra clave del momento, y al autodidactismo de los noventayochistas se opone ahora una sólida preparación universitaria fuertemente ampliada en el extranjero. El análisis de los problemas se imbuye de objetividad frente al pathos angustiado, el subjetivismo y el irracionalismo de la generación del noventa y ocho: existe una voluntad de claridad racionalista. Y a ello añaden una vocación didáctica esencial orientada sobre todo a la formación de "minorías" selectas a través de la cátedra, la prensa y la tribuna pública o parlamentaria: se proponen una reforma de arriba abajo y educar la sensibilidad del pueblo.
En cuanto a su ideología, tres son sus principios esenciales:
·         La reacción contra las actitudes decimonónicas, implícita en la misma palabra novecentismo: Ortega, en 1916, se proclamaba nada "moderno" y muy siglo XX. Hasta el Modernismo y el "98" son vistos como epígonos del siglo XIX. Y son frecuentes sus declaraciones de antirromanticismo y de fervor por lo clásico.
·         Europeísmo frente al casticismo precedente. Atienden a lo universal y se resisten a encerrarse en lo nacional. Ortega definía a los españoles como "una raza que se muere por instinto de conservación". De ahí se deriva su frecuente desprecio al "flamenquismo" y su preferencia por lo urbano frente a lo rural.
·         El problema de España sigue estando presente pero se revisa de forma más rigurosa, serena y objetiva. Se reacciona contra elpesimismo noventayochista. Pervive sin embargo entre los novecentistas una concepción "castellanocéntrica" de España (Ortega,Américo Castro...) Y es frecuente entre ellos la idea de una revolución desde el poder (cuyo antecedente está en el regeneracionismode Joaquín Costa) y un elitismo cuya expresión máxima se halla en la España invertebrada de José Ortega y Gasset.
En lo tocante a su estética, los novecentistas presentan, dentro de su variedad, una serie de orientaciones comunes antirrománticas y antidecimonónicas y asimismo contrarias a un realismo chato y vulgar. Sus rasgos característicos son comunes tanto a los noucentistescatalanes como a la denominada generación de 1914 (véase Generación de 1914#Características) y sus principios generales, tomados sobre todo de los idearios estéticos de Eugenio D'Ors, José Ortega y Gasset, Rafael Cansinos Asséns y, tras ellos, Díaz-Plaja, son los siguientes:
·         La huida del sentimentalismo y búsqueda de lo intelectual, algo que para Rafael Cansinos Assens era uno de los rasgos más notorios de la nueva literatura. A ello alude también D'Ors al hablar de refrenar "lo dionisíaco· (lo romántico, la exaltación pasional") y de orientarse hacia "lo apolíneo" (lo clásico, lo sereno). Hay un rechazo del sentimentalismo y el romanticismo: el arte ha de ser más intelectual que vital y hay que romper con lo anecdótico y argumental para renovar los géneros narrativos. En el devenir pendular de la historia de la cultura (detectado por el propio D'Ors), esta época significaría un retorno a los clásicos greco-romanos, a sus formas y a sus temas, por ejemplo lo mitológico.
·         A ello se añade, como diría D'Ors, el abandono de la "dicción interjeccional", es decir, desdén del tono apasionado y vehementecuyo prototipo sería el estilo de Unamuno, y del flamenquismo y otras manifestaciones espectaculares y vulgares de la cultura.
·         Por ello se habla de "pulcritud", de pureza, de distanciamiento, de equilibrio.
·         Se crea bajo un imperativo de selección. "La selección", decía también D'Ors, "es el verdadero espíritu del arte". Y esta selección produce, en general, una literatura para minorías. Hay una huida de lo vulgar, de lo fácil y de lo monótono.
·         A la vez es característico el intelectualismo, producto de la preocupación por evitar lo sentimental. Y ello es visible incluso en la novela y en la poesía, que abundan en excursus intelectuales de naturaleza ensayística; el mismo ensayo, género típicamente intelectual, es el más practicado por la mayoría de sus miembros.
·         Todo conduce hacia el ideal de un "arte puro", que se proponga un mero placer estético. Por ese camino, D'Ors llegará a proponer un arte "arbitrario", casi lúdico o puro juego, lindante con esa "deshumanización del arte" que Ortega verá en el Vanguardismo. El arte ha de ser imaginativo y debe romper con las visiones pegadas a la realidad. Un papel importante para ello le cabe al humor y a la renovación de los géneros con nuevas técnicas que olviden la trama narrativa o el argumento. Abundantes digresiones. El género más abundante y cultivado es el ensayo, que se extiende a los otros géneros. En suma, búsqueda del «arte puro», del arte por el arte, de la poesía pura y de la autonomía de la obra artística, que ha de ser bien hecha, perfecta, autónoma. Domina el orden, la perfección, la belleza.
·         Pulcritud, distanciamiento, equilibrio, «deshumanización» (Ortega titulará uno de sus ensayos La deshumanización del arte, donde acuña el concepto de arte deshumanizado para el arte moderno).
·         En el terreno de las formas, es fundamental la preocupación por el lenguaje. Hay en los novecentistas un cuidado del estilo cuyo concepto clave sería, según Díaz-Plaja, el de "tensión": el escritor huye de lo fácil y desmañado; la misma prosa da abundantes muestras de la función poética del lenguaje (metáforas de Ortega, riqueza lírica de Miró...). Es sintomático el cultivo del poema en prosa (de 1914 es Platero y yo, de J. R. Jiménez). Igualmente se produce un proceso de depuración y adensamiento del lenguaje en la poesía posmodernista.
·         Cosmopolitismo: huida de los aspectos más nacionalistas de la cultura y Europeísmo. Apertura a las corrientes intelectuales europeas y su traslación a España y a los países americanos de habla hispana.2
·         La ruptura con la generación anterior propia de toda generación nueva no implicaba en su caso una ruptura genérica con el pasado: para Eugenio d'Ors Todo lo que no es tradición, es plagio. Aun así, las polémicas con los maestros de la generación anterior son sonadas (especialmente la que enfrentó a Unamuno con Ortega -expresada en el lema unamuniano ¡Que inventen ellos!-).
·         Frente al ruralismo de la generación de 1898 (que buscaba en el paisaje y el paisanaje, especialmente el de Castilla, la esencia de lo español), la atención se vuelve hacia lo urbano, la ciudad y los valores urbanos (civiles y civilizadores).
·         Elitismo y concepto de vanguardia estética, intelectual y social.3 4 5
Nómina
Entre las mujeres cabe citar a María de Maeztu, Clara Campoamor, Victoria Kent, María Goyri y Zenobia Camprubí, muchas de ellas integradas en los Lyceum Club Femeninode Madrid y Barcelona.
El novecentismo catalán
El uso de ambas etiquetas (novecentismo y generación de 1914) no es totalmente intercambiable, puesto que el término novecentismo fue acuñado en catalán por Eugenio d'Ors (noucentisme) con un propósito más restringido al ámbito cultural catalán. Lo desarrolló en un conjunto de artículos publicados desde 1906, donde proponía la idea de un arte social y cívico, superador del modernismo o del simbolismo, que consideraba caducos y decadentes. Ya en 1901 su conferencia Amiel en Vich mostraba el rechazo al modernismo y la tradición romántica.6 En 1911 publicó el Almanach dels Noucentistes. El mismo año, el pintor Joaquim Sunyer expuso en Faianç Catalá; en lo que se consideró un manifiesto de la nueva estética. Esta propuesta de renovación de las artes plásticas se prolongaría en las décadas de 1910 y 1920.7
Entre los noucentistes literarios estarían, destacadamente, el propio D'Ors y Josep Carner; además de Narcís Oller, Joaquim Ruyra, Jacinto Grau, Carles Soldevila o Josep Maria Millàs-Raurell, entre otros. Los autores catalanes del noucentisme derivaban de la Renaixença pretendiendo elevar la cultura catalana a un nivel europeo. Buscaban la belleza y la perfección formal, con el gusto por palabras arcaicas, referencias clásicas y ritmos armónicos. Las pretensiones estéticas e ideológicas de los autores de la generación del 14 eran muy similares. Aunque no poseen conciencia de grupo, los novecentistas sí que compartían algunos rasgos coincidentes, entre sí y con los miembros de la generación de 1914, como su elevada preparación intelectual, su opción por la literatura ensayística, su europeísmo (que anteponen al castellanismo noventayochista); la obsesión constante por una obra «bien hecha», alejada de cualquier improvisación, y un gran cuidado de la forma.
También se utiliza el término mediterraneísmo (para designar especialmente a los artistas plásticos del movimiento «noucentista»:8 los pintores Joaquín Torres García, Joaquim Sunyer y Josep Maria Sert; y los escultores Josep Clarà, Manolo Hugué, Enric Casanovas, Julio González, Pablo Gargallo y Cristino Mallo. El catalán-francés Arístides Maillol, de una generación anterior, ha sido asociado a la estética de este movimiento (Mediterránea, 1905). Entre los músicos estarían Óscar Esplá, Joaquín Turina y Conrado del Campo.9 Coetáneo de estos fue el gran violoncelista Pau Casals.
Se habla también de una arquitectura del noucentisme, diferenciada pero simultánea a la arquitectura modernista de las primeras décadas del siglo XX. arquitectos como Josep Goday o el arquitecto gerundense Rafael Masó i Valentí (1880-1935), seran unos de los más claros promotores de la arquitectura novecentista, mientras que Josep Maria Pericas mezla elementos modernistas y novecentistas, especialmente en obra civil. También incluso se llegó a nombrar una jardinería noucentista.10
El periodista y dibujante Junoy (Josep Maria Junoy i Muns), desconectado de D'Ors y el grupo noucentista, propuso la creación de una «escola mediterránia» con fundamentos estéticos similares (artículos desde 1911 en La Piedad, con el pseudónimo de Héctor Bielsa).11
LAS VANGUARDIAS LITERARIAS EUROPEAS Y ESPAÑOLAS. RELACIONES.

1. LAS VANGUARDIAS.
            El término “vanguardia”: su origen está precisamente en el vocablo francés avant-garde, término de origen militar y político, que venía a reflejar el espíritu de lucha, de combate y de confrontación que el nuevo arte del siglo oponía frente al llamado arte decimonónico o académico. Desde el principio, el arte vanguardista adquiere una impronta provocadora contra lo antiguo, lo naturalista o lo que se relacionara con el arte burgués. No será causalidad que todas las primeras manifestaciones de estos vanguardismos estén repletos de actos y gestos de impacto social, como expresión de un profundo rechazo a la llamada cultura burguesa. La Primera Guerra, como expresión del afán imperialista y del profundo fracaso de esa burguesía por conseguir la paz, será el período en que, junto a actitudes diversas de rechazo a la guerra, afloren todas estas manifestaciones artísticas extraordinarias con una versatilidad y agilidad desconocidas hasta entonces.
El arte vanguardista representa un corte profundo en la evolución estética de Occidente: el abandono radical de la mimesis, la negación del realismo, que siempre había estado en el trasfondo de los movimientos de la renovación. La Vanguardia surge en medio de la guerra europea del 14, crece al calor de los años de desarrollo económico que siguen y desemboca en la crisis posterior a 1929. No es ninguna casualidad que el surgimiento de los vanguardismos artísticos y literarios esté relacionado íntimamente con el periodo de mayor intensidad social, ideológica, en definitiva histórica, del siglo XX: el periodo que va desde la Primera guerra del 14 al inicio de la Segunda en 1939. En esos 15 ó 20 años cuajan las experiencias del nuevo arte: unas pasarán rápidamente, otras quedarán incorporadas al arte para siempre,  pero la revolución de las formas y de los contenidos se producirá, sin duda, a partir de aquellas vanguardias de los años 20.
 Los vanguardismos despuntan inmediatamente antes o durante la Primera Guerra, llegan a su apogeo durante la década de los años 20, entran en crisis a partir de 1929 y desaparecerán en la década de los 30.
En esos años, los artistas vanguardistas se han enfrentado al mundo de ideas proveniente del pensamiento burgués: unos derivarán hacia el antiburguesismo de tipo fascista, como es el caso del futurismo italiano de Marinetti; otros volcarán su rebeldía en el movimiento proletario izquierdista. De esta forma, los dos grandes movimientos que marcarán el siglo XX, el fascismo-nazismo y el comunismo, serán expuestos y cantados en sus iniciales años de poder a través de una estética y unas formas vanguardistas. El caso más ilustrativo es el del surrealismo francés y su apuesta por la revolución comunista.Posteriormente serán ellos mismos perseguidos y prohibidos por los propios aparatos culturales de estado, como ocurrió en la URSS estalinista a partir de 1923 y en la Alemania nazi de 1933. En el primer caso, los poetas futuristas serán criticados a partir de la nueva estética realista y populista tras la guerra civil revolucionaria. En el segundo caso, los jerarcas nazis secuestrarán la pintura vanguardista que había caracterizado el renacer cultural alemán, considerada a partir de entonces como "arte degenerado".
La gran confrontación ideológica y militar de la década de los cuarenta, la Segunda Guerra, acabará con los vanguardismos. Sus restos o serán enterrados o derivarán en el arte moderno cuya expresión más genuina será el arte de Estados Unidos a partir de los años 40. El trabajo de fundamentar un nuevo concepto de arte y de literatura ya estaba realizado.
            La Vanguardia, al compás de los acontecimientos históricos, va evolucionando desde las audacias despreocupadas y los caprichos de la primera época hasta la literatura de propaganda y compromiso político de la última.
           
Como vemos, los "ismos" vanguardistas se suceden en Europa a un ritmo muy rápido. Algunos pasan como efímeras modas; otros dejan una huella imborrable. Nosotros nos limitaremos a examinar a continuación aquellos que aportaron cambios sustanciales en la literatura entre principios de siglo y 1939.

2. EL FUTURISMO.

            En 1909, Marinetti, escritor italiano, publica su primer Manifiesto. Niega cualquier forma de arte pasado y presente, y exalta con optimismo la civilización mecánica y las conquistas de la técnica. La literatura escogerá, por tanto, nuevos temas, nuevos mitos: la máquina, el avión, la energía eléctrica, el deporte... De dichas composiciones derivaba igualmente cierto tipo de humor mundano entre lúdico, admirativo y desesperanzado. El estilo busca el dinamismo, la rapidez verbal, rompiendo a veces con la sintaxis", para dejar “las palabras en libertad”. La figura más significativa del futurismo es el ruso Mayakovski. Su verdadera importancia reside en el hecho de que abrió sus puertas a temas inéditos hasta entonces y a nuevas posibilidades de lenguaje.

3. EXPRESIONISMO.

            Surge en Alemania en 1911, teniendo como mayor difusor a Ivan Goll. Es el movimiento de vanguardia más difícil de identificar. Es el resultado de la situación política de Alemania antes y tras la Primera Guerra Mundial. Se basa en la expresión de sentimientos subjetivos, más que en una descripción de la realidad. Personajes y escenarios se presentan de un modo distorsionado, con la idea de producir un gran impacto emocional. Por este mismo motivo se realza la fealdad, lo demoníaco, el poder de las tinieblas y un gusto sadomasoquista por lo catastrófico. Destacan el caos como medio donde se desenvuelve el protagonista.
            En el terreno literario, los temas fundamentales están inspirados por la visión crítica de la sociedad y los sentimientos de horror, sufrimiento y solidaridad generados por la catástrofe de la Primera Guerra Mundial.

4. EL CUBISMO.

            Nace como escuela pictórica hacia 1907 destacando, sobre todo, la figura del malagueño Picasso. Pero el llamado cubismo literario arranca en 1913 gracias a Guillaume Apollinaire y a otros poetas franceses. Como en la pintura, el cubismo literario se propone descomponer la realidad para proceder a composiciones libres de conceptos, imágenes o frases. El cubismo nació del simple modo de mirar un objeto: Cezanne pintaba una taza veinte centímetros más abajo de sus ojos, los cubistas la miran desde arriba complicando su aspecto. El futurismo ve la misma traza un movimiento sucesivo de objetos uno al lado del otro, añadiéndole maliciosamente alguna línea—fuerza. Eso no quita que la buena o mala, sea siempre una inversión de capitales intelectuales.

            En poesía, el cubismo intenta eliminar lo anecdótico; los poemas carecen de puntuación y su métrica es irregular; el poema se convierte en una sucesión de anotaciones, de presentación de estados de ánimo, sin enlace visible, sin continuidad cronológica: se confunde lo presente, lo pasado y lo futuro. No hay elaboración. Se intenta crear una obra de arte con autonomía absoluta, y no por las confrontaciones que puedan hacerse con la realidad. Mencionar también (sobre todo, tras los famosos Caligramas de Apollinaire) las especiales disposiciones tipográficas de los versos, formando “imágenes visuales”. Este y otros artificios, como el “collage” serán aprovechados por posteriores movimientos vanguardistas.

5. EL DADAÍSMO.

            Nace en Zurich (Suiza) en 1916 de la mano del poeta Tristan Tzara. Su nombre “dadá” no significa nada, es el de un balbuceo infantil. Fue elegido al azar, abriendo un diccionario con un cuchillo. Dadá tiene en común con otros ismos el afán de ruptura, el gusto por la provocación y el escándalo. Nota predominante es el sentido del humor. No se toman nada en serio, ni siquiera el Arte. Se trata de la rebeldía pura: contra la lógica, contra las convenciones estéticas o sociales, contra el sentido común. En el fondo, es la violenta repulsa de una racionalidad que ha llevado al absurdo de la 1ª Guerra Mundial (1914-1918). Propugna liberar la “fantasía de cada individuo”, superar todas las inhibiciones y recurrir a un lenguaje incoherente. Junto a Tzara destacan Breton, Eluard, Aragon... luego importantes surrealistas. En el fondo, el gran papel de Dadá fue preparar el camino para el Surrealismo. En París el dadaísmo alcanzó su máxima frivolidad y provocación con teatro, exposiciones, y ediciones literarias que ''espantaban a los burgueses", los autores principales, Francis Picabia, Jean Arp, Marcel Duchamp, Max Ernst y Man Ray, entre otros, fueron abandonados por arrogantes por los ''Tabu-Dadá'' encabezados por Jean Crotti y Suzanne Duchamp, en 1921. Pero fue en Hannover, Alemania, donde apareció uno de sus mejores exponentes: Kurt Schwitters (1887-1948), quien inventó los merz: objetos exquisitos y originales que terminó extendiendo a la arquitectura, el teatro y la poesía; para esta última usó un seudónimo femenino: Anna Blume (Ana Flor), con una ''movilidad interior" que también usó Marcel Duchamp al travestirse como Rrose Selavy (cuyo sonido en la erre es deliberadamente fuerte y el apellido es homófono de la frase ''así es la vida" en francés). Inventó además un frasco perfumero con su propia efigie femenina, al que llamó La belle haleine (el bello aliento, que suena como la bella Elena), pero el genio de Duchamp se expresó sobre todo en lo que llamaba ready-made, objetos de desecho comunes y corrientes elevados al rango de arte por una elección del artista fundada ''en la indiferencia visual y en la ausencia del buen o del mal gusto". También fue gran poeta e inclusive compuso música para piano para acompañar las palabras.


6. EL SURREALISMO.

            Se trata de un cambio radical en la concepción del arte y del trabajo del artista. André Breton lo preside y publica en 1924 el Primer Manifiesto, en donde a las audacias del Dadaísmo añade concepciones filosóficas de Freud y Marx. Pretende ser una revolución integral. Su gran lema sería "transformar la vida". Y propugna la liberación del hombre y de su capacidad creadora. Liberación de los impulsos naturales del hombre reprimidos en el subconsciente por una razón sumisa a las convenciones morales y sociales.
            De ahí también el propósito de liberar el poder creador del hombre. Se deberá escribir (o pintar, etc.) al dictado de un pensamiento libre de toda vigilancia ejercida por la razón. Se utilizaron para ello técnicas diversas: la escritura automática, realizada sin reflexión, a veces bajo la influencia de drogas, wel collage de frases recortadas al azar de periódicos, la interpretación de sueños,... Según Freud, en los sueños aflora el mundo del subconsciente, pero en forma de imágenes ilógicas, cuya estructura patente, o superficial es símbolo de contenidos latentes o profundos, en virtud de ciertas transformaciones.
            Así pues se produce una liberación del lenguaje con respecto a lo que sería la expresión normal o lógica. En un poema surrealista, se mezclan objetos, conceptos y sentimientos que la razón mantiene separados; asociaciones libres e inesperadas de palabras, metáforas insólitas... Es un lenguaje que no se dirige a nuestra razón, sino que quiere despertar en nosotros sentimientos y reacciones también inconscientes. Ante un poema de este tipo, el lector no comprende, pero puede recibir fuertes impactos que le produzcan emociones profundas. Podemos decir, por tanto, que el Surrealismo inauguró también un nuevo modo de leer.

7. LAS VANGUARDIAS EN ESPAÑA.

7.1. Repercusiones de los “ismos” en España.

            España está en consonancia con el resto de Europa. Los ismos se dejarán sentir pronto en nuestras letras.
            En literatura las vanguardias tienen como pionero e impulsor a Ramón Gómez de la Serna, original creador, de excéntrico comportamiento, fundador de la famosa tertulia de Pombo. Su temperamento provocador se manifiesta a través de la subversión vanguardista. Durante largos años, sus actitudes personales tuvieron constantemente un carácter llamativo y pintoresco: pronuncia conferencias montado a lomos de un elefante o vestido de torero. Escribió una nutrida obra literaria: ensayos, biografías , narraciones cortas, novelas , obras de teatro, …La más genuina expresión del universo ramoniano son las greguerías, frases a veces brevísima en las que se recoge una metáfora ingeniosa, una imagen insólita, un pensamiento juguetón y atrevido, poniendo en relación realidades aparentemente dispares. Él mismo las definió como: “metáfora + humor”. Las Greguerías se publicaron independientemente en distintos volúmenes a partir de 1917. Sus novelas son, en buena media, una acumulación de greguerías: El incongruente, El novelista, El torero Caracho... También abundan estas imágenes en sus agudas biografías: Don Ramón María del Valle-Inclán, Lope viviente... y en otras piezas misceláneas: El rastro, que revela su amor por los objetos, Senos, El circo... Muy interesante es El doctor inverosímil, con un repertorio de “casos desesperados y oscuros” en los que interviene un extraño médico que cura las dolencias de cuerpo y alma. Ramón escribió también algunas piezas teatrales, igualmente originales y sorprendentes pero con escasa consistencia y dominio técnico. Su mayor valor es el intento de renovación que las anima. Destaca en particular Los medios seres, de sello vanguardista.
            En el ambiente literario del momento, proliferan las tertulias y revistas donde el Vanguardismo halla acogida o comentario. Entre las tertulias son famosas las del Café de Pombo, presidida como ya sabemos por “Ramón”, o la del Café Colonial, en torno a Cansino-Assens. Son muchas las revistas interesantes aunque de vida efímera; dos son esenciales: la Revista de Occidente y La Gaceta Literaria. Tras estos datos se observa un hervor de inquietudes y experiencias.

            El movimiento más influyente en España fue el SURREALISMO. Fue conocido tempranamente: a la traducción del Manifiesto en 1925 hay que añadir las visitas de Breton a Barcelona (1922) y la de Aragon a la Residencia de Estudiantes de Madrid (1925), donde vivían Buñuel, Lorca, Dalí... Pero la difusión del Surrealismo en España debe mucho al poeta Juan Larrea. A él debe atribuirse (según Cernuda) la orientación surrealista de varios poetas del “27”. Para otros es fundamental la influencia de Dalí o de Buñuel. Lo cierto es que casi todos los componentes del grupo, en cierto momento de su evolución, quedaron fuertemente marcados por el Surrealismo. A su influjo, se deben dos libros fundamentales como Sobre los ángeles de Alberti o Poeta en Nueva York de Lorca, así como buena parte de la obra de Aleixandre.
            Pero en general, el Surrealismo español no es ortodoxo: nuestros poetas no llegaron a los extremos de la pura creación inconsciente, ni practicaron la “escritura automática”. Podemos ver en sus poemas una intencionada idea creadora como hilo conductor de las mayores audacias. Lo que sí hubo es una liberación de la imagen, desatada de bases lógicas; y con ello, un enriquecimiento prodigioso del lenguaje.
            En definitiva, el Surrealismo supuso la crisis del ideal de “pureza” y “deshumanización” que había estado vigente durante unos años. Con el surrealismo, lo humano, e incluso lo social y lo político, penetrarán de nuevo en la literatura. Así lo prueban, entre otras, las trayectorias de Lorca, Alberti o Neruda.

 7.2. Futurismo, ultraísmo, creacionismo y postismo en España.

FUTURISMO. Se conoció pronto en España: Ramón publicó en 1910 su manifiesto en la revista Prometeo. Pero no creó escuela. Sí se hallaran huellas de su temática, esporádicamente, en poetas del 27 (Salinas escribe poemas a la bombilla eléctrica o a la máquina de escribir; Alberti canta a actores de cine o a un portero de fútbol...).

ULTRAÍSMO: Hallamos elementos futuristas, cubistas... Es un efímero movimiento español, cuyo primer manifiesto aparece en 1919, en la revista Cervantes. En 1923 estaba ya agonizando. Sus principales características son:
a)     Piden la independencia de la metáfora y de la imagen.
b) Desdeñan lo ornamental: sus versos (siempre libres) son simples, casi esquemáticos, sin concesiones a la belleza externa y, a menudo, buscan la tipografía expresiva, aunque sin llegar al caligrama.
c)  Desprecia lo sentimental y buscan emociones intelectuales o irracionales. Aman lo industrial y lo mecánico.
            Su principal motor fue Guillermo de Torre, y también estuvieron ligados al ultraísmo Borges, Ramón Gómez de la Serna, Gerardo Diego...

CREACIONISMO. Iniciado en París por el poeta chileno Vicente Huidobro y el francés Pierre Reverdy. En 1918, Huidobro lo da a conocer en España. “Los creacionistas queremos hacer un arte que no imite ni traduzca la realidad”. Se aleja, por tanto, de la realidad y tiende a la abstracción. El poema será un objeto autónomo, “creación absoluta” (no imitación). El poeta cultivará el juego de azar de las palabras. La imagen no se basará en la comparación entre dos realidades: éstas se aproximan de modo gratuito en virtud de una relación arbitraria que el poeta “crea” entre ellos. Seguidores de Huidobro son Juan Larrea (luego surrealista) y Gerardo Diego (su máximo representante).

            El creacionismo tendía al empleo de la metáfora, así como a la mayor precisión expresiva, gracias a que se evitaba el uso de las aposiciones explicativas, de los nexos innecesarios y de los adjetivos inútiles. Al igual que los demás movimientos de vanguardia, el creacionismo desechó los moldes poéticos tradicionales, tendiendo, por consiguiente, al verso libre y sin ningún tipo de rima, más cercano a las formas coloquiales y meditativas que a la musicalidad buscada en las composiciones de siglos anteriores.


POSTISMO. Nace en 1945 en Madrid. Está representado, sobre todo, por Eduardo Chicharro y Carlos Edmundo de Ory, que se hallan en el café Pombo. Su intento, muy próximo al surrealismo (se habla de surrealismo hispánico) es, no obstante, revisar la estética de todas las vanguardias de las primeras décadas del siglo. Reivindica la libertad expresiva, la imaginación, lo lúdico. Rechaza la angustia existencialista y, frente a la inmediata poesía social, se presentará como una rebeldía subjetiva, aunque no menos antiburguesa.



CARACTERÍSTICAS DE LAS ORACIONES SUBORDINADAS ADJETIVAS
Son subordinadas adjetivas las proposiciones que desempeñan, en el seno de una oración compuesta, la función de una adjetivo (CN), es decir, expresan, como el adjetivo, una característica de un nombre de la proposición principal, llamado antecedente:
Me desagradan las personas que gritan mucho (=gritonas)
Me desagradan las personas
(Las personas) gritan mucho
PUEDEN IR INTRODUCIDAS POR...
 
PRONOMBRES RELATIVOS:
que; quien,-es; (el, la, los, las) cual, -es
Ocupan las habitaciones QUE están en el otro extremo de la casa.
Acaban de pintar esa pared sobre la CUAL te apoyas.
Cuyo,-a,-os,-as (también tiene valor de determinante posesivo)
 
Esa es la casa CUYA fachada se desplomó ayer.
(Esa es la casa, la fachada de la cual…; Esa es la casa, su fachada…)
 
ADVERBIOS RELATIVOS:
donde, como, cuando
Ese es el lugar DONDE hallaron el cadáver (en que).
Rememoró la mañana CUANDO sucedieron los hechos (en la que).
Me agrada la forma COMO lo dices
 
FORMAS NO PERSONALES:
 
INFINITIVO: La vi llorar.
PARTICIPIO: Vi a un perro HERIDO en una pata.
GERUNDIO: Encontré a Inés sacando las entradas del concierto.
 
EL ANTECEDENTE PUEDE SER...
Sustantivo o término sustantivado:
Recordaba la época cuando era feliz
La respuesta que di es la única que conocía
Un pronombre:
Hay algunos que no se lo creen
 
Una frase:
Anunció su boda, lo cual sorprendió a todos
 
Un adjetivo o adverbio en estructuras lexicalizadas (lo+ + adjetivo + que; lo + adverbio + que):
Hay que ver lo listo que es
Lo pronto que acudió
 
LA FUNCIÓN DE LOS PRONOMBRES RELATIVOS
 
Los pronombres relativos, además de servir de nexo introductor, realizan una función propia del nombre dentro de la subordinada:
Alcánzame la cazadora que (sujeto) está detrás de la silla.
Se me ha roto la calculadora que (CD) me prestaste.
La persona a quien (CI) entregaste el paquete no te devolvió el saludo.
El coche en el que (CC) viajó era muy lujoso.
 
*Las funciones del antecedente y del pronombre relativo no tienen por qué ser las mismas.
 
TIPOS: EXPLICATIVAS Y ESPECIFICATIVAS
 
Al igual que hay adjetivos que restringen el significado del nombre, losespecificativos, y otros que se limitan a expresar una cualidad ya conocida, losexplicativos, las subordinadas de relativo también tienen dos modos de significar:
ESPECIFICATIVA:
Han retirado los coches que estaban mal aparcados.
(Sólo han retirado los que estaban mal aparcados).
 
EXPLICATIVA:
Han retirado los coches, que estaban mal aparcados.
(Retiraron todos los coches, porque todos estaban mal aparcados).
 
LAS SUBORDINADAS ADJETIVAS SUSTANTIVADAS
 
Igual que los adjetivos, las subordinadas adjetivas pueden sustantivarse cuando desaparece el antecedente del relativo. Se construyen habitualmente con los nexos ‘que’, ‘quien’ y ‘cuanto’ sin antecedente y con artículo + que(pron. rel.):
Las personas
que olvidan las leyesfracasan.
 
Sub. Adj. / CN
 
SN (sujeto)
 
 
Las que olvidan las leyes
fracasan.
Sujeto
  
Sub. Adj. sustantivada
 
SN (sujeto)
 
 
Recuerda que el nexo de la subordinada adjetiva realiza además una función sintáctica dentro de la subordinada.
 
Otros ejemplos:
-CD: No conocía a quienes se acercaron a él; Compré lo que me pedisteis.
-CI: A quienes vinieron a buscarte a casa no les dije dónde habías ido.
-CRV: Pienso en quienes ya no están aquí.
-Atributo: Cristina es quien tiene más posibilidades de triunfo
 

En estos casos, pueden desempeñar las mismas funciones que las subordinadas sustantivas.
 
OBSERVACIONES
1. Cuando el pronombre relativo va precedido de preposición forma un sintagma preposicional que es parte integrante de la proposición adjetiva:
La ciudad en que nació ha sido devastada por la guerra.
La ciudad aquella ha sido devastada.
La conmutación por el demostrativo incluye la preposición.
2. El infinitivo, gerundio y participio no actúan como nexo, únicamente desempeñan la función de núcleo del predicado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario