CARACTERÍSTICAS DE LAS ORACIONES SUBORDINADAS ADJETIVAS | ||||||||||||||||||||||
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Son subordinadas adjetivas las proposiciones que desempeñan, en el seno de una oración compuesta, la función de una adjetivo (CN), es decir, expresan, como el adjetivo, una característica de un nombre de la proposición principal, llamado antecedente:
Me desagradan las personas que gritan mucho (=gritonas)Me desagradan las personas (Las personas) gritan mucho | ||||||||||||||||||||||
PUEDEN IR INTRODUCIDAS POR...
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EL ANTECEDENTE PUEDE SER...
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LA FUNCIÓN DE LOS PRONOMBRES RELATIVOS
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TIPOS: EXPLICATIVAS Y ESPECIFICATIVAS
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LAS SUBORDINADAS ADJETIVAS SUSTANTIVADAS
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OBSERVACIONES | ||||||||||||||||||||||||||||||||||
1. Cuando el pronombre relativo va precedido de preposición forma un sintagma preposicional que es parte integrante de la proposición adjetiva:
La ciudad en que nació ha sido devastada por la guerra.
La ciudad aquella ha sido devastada.
La conmutación por el demostrativo incluye la preposición.
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2. El infinitivo, gerundio y participio no actúan como nexo, únicamente desempeñan la función de núcleo del predicado.
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AUTORES DE FIN DE SIGLO : PIO BAROJA Y VALLE INCLÁN
Relación con otros creadores
Pío Baroja fue un hombre famoso por su carácter huraño y sus complejas relaciones con los numerosos intelectuales y artistas con los que se trató en Madrid. Sin embargo, su capacidad de análisis y su franqueza le han convertido un testigo imprescindible de esa ápoca.
1. Antonio Paso. 2. Ramiro de Maeztu. 3. Pío Baroja. 4. Palomero. 5. Luis Bello. 6. Bargiela. 7. Joaquín Álvarez Quintero. 8. Gabaldón. 9. Azorín. 10. Ctrarineu. 11. Cristóbal de Castro. 12. Eduardo Zamacois. 13. Joaquín Segura. 14. Llanas Aguilanedo. 15. Serrano de la Padrosa. 16. Viérgol. 17.González Llanas. 18. Abat. 19. Serafín Álvarez Quintero. 20. Francos Rodríguez. 21. Eugenio Mario (hijo). 22. Jacinto Benavente. 23. García Álvarez. 24. López Ballesteros.
Esta famosa foto de Company corresponde a los alrededores de 1900 y constituye un documento verdaderamente excepcional. El individualismo, y hasta el bizantinismo de la nutrida, y desde luego valiosísima promoción literaria del 98, impidió la agrupación de sus componentes ante las cámaras fotográficas. La excepción pudo conseguirse afortunadamente en esta casi única oportunidad . Faltan a la cita Miguel de Unamuno, Valle-Inclán, Ricardo Baroja, Silverio Lanza, Eugenio Noel, Ruiz Contreras, Manuel Bueno y algún otro de los que figuraban en la época.
Pío Baroja fue muchas veces retratado y caricaturizado y él mismo se retrató.:
En su novela publicada en 1901, Camino de perfección, el protagonista es un joven pintor que se indigna ante una injusticia de que es objeto por parte del jurado de una exposición de Bellas Artes:
"Esta gente no entiende nada. No han comprendido a Rusiñol, ni a Zuloaga, ni a Regoyos ...".
Significativamente, Ignacio Zuloaga había sido excluido el año anterior del Pabellón de España de la Exposición Universal de París, hecho que fue comentado profusamente por la crítica internacional.
"Esta gente no entiende nada. No han comprendido a Rusiñol, ni a Zuloaga, ni a Regoyos ...".
Significativamente, Ignacio Zuloaga había sido excluido el año anterior del Pabellón de España de la Exposición Universal de París, hecho que fue comentado profusamente por la crítica internacional.
La defensa de Baroja del pintor vasco, duramente atacado por la prensa derechista y las gacetas militares, continuó en 1905, en un artículo titulado "El Estancamiento". Pío Baroja se refirió a la rutina y ausencia de meritocracia en la promoción de los personajes públicos españoles como uno de los grandes males del país, contraponiendo el entusiasmo que desataba Echegaray con los ataques contra Zuloaga, cuando éste, según Baroja, es "el único español de nombradía europea".
Baroja hizo un viaje a Córdoba con el pintor Darío Regoyos. "Con las impresiones de Córdoba escribí mi novela La feria de los discretos, que la comencé en Madrid y la terminé en el Monasterio de El Paular, en un cuarto que tenía una ventana que daba al antiguo cenobio".
En general las opiniones de Baroja eran bastante matizadas. Sobre la pintura de Santiago Rusiñol opinó:
"No creo que sea de un artista genial; pero está muy bien. Su literatura me gusta mucho menos; me parece que ha pasado sin dejar huella".
"No creo que sea de un artista genial; pero está muy bien. Su literatura me gusta mucho menos; me parece que ha pasado sin dejar huella".
Sobre el pintor Gutiérrez Solana vierte comentarios muy duros, reflejo de su difícil relación con él. Refiriéndose a los hermanos Solana escribe:
"Al principio muy rojos y luego muy falangistas, y siempre muy cucos".Después de tratar a Gutiérrez Solana en París, durante la Guerra Civil, opinó que tenía un espíritu pequeño y rencoroso, obsesionado con no tener el reconocimiento que sí tenían otros miembros de esta generación, algo que el novelista atribuía al estilo basto y desagradable de su arte.
"Al principio muy rojos y luego muy falangistas, y siempre muy cucos".Después de tratar a Gutiérrez Solana en París, durante la Guerra Civil, opinó que tenía un espíritu pequeño y rencoroso, obsesionado con no tener el reconocimiento que sí tenían otros miembros de esta generación, algo que el novelista atribuía al estilo basto y desagradable de su arte.
Al igual que otros noventayochistas, Baroja detestaba a Joaquín Sorolla, a quien tachaban de pintor oficialista, comercial y sin carácter. A este respecto transcribió un comentario que le había hecho el valenciano hacía años:
"A mi me dijo un día: Esta pintura que hago yo me ha hecho rico, y si ahora sintiera veleidades de evolucionar, no evolucionaría".
"A mi me dijo un día: Esta pintura que hago yo me ha hecho rico, y si ahora sintiera veleidades de evolucionar, no evolucionaría".
Las verosimiltud de sus juicios crece con el hecho de que los aislaba de viejos agravios. En 1945 hizo las siguientes afirmaciones acerca de Azorín, el amigo de juventud de quien se alejó cuando este último pasó de anarquista a conservador:
"Fue la única persona generosa con los demás escritores de su tiempo... la mayoría de los periodistas pintaban por entonces a Azorín, que ha sido siempre un cándido, como un hombre atravesado ¡Qué mixtificación más cómica del reino de la mentira literaria!".
"Fue la única persona generosa con los demás escritores de su tiempo... la mayoría de los periodistas pintaban por entonces a Azorín, que ha sido siempre un cándido, como un hombre atravesado ¡Qué mixtificación más cómica del reino de la mentira literaria!".
Pero ese afecto no le impedía la crítica de su estilo:
"...es muy poco novelista. No le gusta el misterio ni lo dramático, huye de todo ello, y parece que su ideal es lo estático y la desilusión de la vida ante una luz clara".
"...es muy poco novelista. No le gusta el misterio ni lo dramático, huye de todo ello, y parece que su ideal es lo estático y la desilusión de la vida ante una luz clara".
Don Pío Baroja no dejó de tener las naturales rivalidades profesionales propias de todo creador. La aceptación de las novelas de Baroja, que consiguió vivir de la literatura, sin cargo de funcionario y con escasas colaboraciones periodísticas, no dejaba de ser modesta si se la compara a las de Vicente Blasco Ibáñez, que se hizo rico vendiendo libros. En 1945, Baroja opinó lo siguiente del valenciano:
"Evidentemente es un buen novelista; sabe componer, escribe claro; pero para mi es aburrido; es un conjunto de perfecciones vulgares que a mi me ahoga. Tiene las opiniones de todo el mundo, los gustos de todo el mundo. Yo, a la larga, no lo puedo soportar".
"Evidentemente es un buen novelista; sabe componer, escribe claro; pero para mi es aburrido; es un conjunto de perfecciones vulgares que a mi me ahoga. Tiene las opiniones de todo el mundo, los gustos de todo el mundo. Yo, a la larga, no lo puedo soportar".
Baroja conoció a Valle Inclán desde joven, manteniendo con él numerosas disputas. Hombre comedido en las formas, Baroja opinó acerca de los frecuentes altercados protagonizados por el dramaturgo:
"...era un hombre que tenía salvoconducto para hacer lo que le diera la gana".También consideraba que de alguna manera exageraba su bohemia frente a los demás:
"...tenía una serie de ambiciones completamente corrientes y burguesas: el entusiasmo aristocrático y el de la gloria que en él a la gente le parecía muy bien".
"...era un hombre que tenía salvoconducto para hacer lo que le diera la gana".También consideraba que de alguna manera exageraba su bohemia frente a los demás:
"...tenía una serie de ambiciones completamente corrientes y burguesas: el entusiasmo aristocrático y el de la gloria que en él a la gente le parecía muy bien".
Tampoco apreciaba a Miguel de Unamuno, compañero de generación, cuya forma de ser asociaba a la de Valle -Inclán:
"Unamuno era hombre clásico de tertulia de Ateneo, como se dan muchos en España. También lo era Valle - Inclán y otros de menos importancia. A estos hombres se les da un crédito ilimitado y se les autoriza todo...". Criticaba la pretensión que tenía Don Miguel de dominar todos los asuntos:
"Se creía todo. Era, sin proponérselo, filósofo, matemático, filólogo, naturalista, además de vidente y profeta". Eso lo convertiría en un tertuliano insufrible: (yo) "...no era partidario del sistema suyo de agarrar a cualquiera por su cuenta, de acogotarle, de atarle de pies y manos y de convertirle en un oyente mudo".
"Unamuno era hombre clásico de tertulia de Ateneo, como se dan muchos en España. También lo era Valle - Inclán y otros de menos importancia. A estos hombres se les da un crédito ilimitado y se les autoriza todo...". Criticaba la pretensión que tenía Don Miguel de dominar todos los asuntos:
"Se creía todo. Era, sin proponérselo, filósofo, matemático, filólogo, naturalista, además de vidente y profeta". Eso lo convertiría en un tertuliano insufrible: (yo) "...no era partidario del sistema suyo de agarrar a cualquiera por su cuenta, de acogotarle, de atarle de pies y manos y de convertirle en un oyente mudo".
Entre los autores de la Generación del 14 con quien trató Baroja, destacó su relación con el filósofo Ortega y Gasset, con quien colaboró durante algún tiempo en las revistas España y la Revista de Occidente.
El grupo de los fundadores de la revista España. De izqda. a dcha. : Pérez de Ayala, Luis G. Bilbao, Ortega y Gasset, Pío Baroja y Azorín. De pie: Penagos, Juan Guixé, Luis de Zulueta, Luis Bello, doctor Pittaluga, el dibujante Fernando Marco y el editor José Ruiz Castillo.
En 1917, Baroja escribió de Ortega y Gasset: "es de los pocos españoles a quienes escucho con interés" debido a que aportaba buenas ideas y era el único filosofo potencial que había conocido personalmente; sin embargo, le criticó su tendencia ambiciosa y sus gestos autoritarios. Consideraba que escribía bien, pero Don Pío discrepaba de las opiniones políticas de Ortega, así como de sus gustos artísticos y musicales.
Ernest Hemingway visitó por sopresa, el día 9 de octubre de 1956, a Don Pío unos días antes de morir. El vasco, enfermo, cuando vió a Hemingway a los piés de su cama, exclamó:
Se cuenta que el escritor y periodista americano
- ¿Qué coño hace éste aquí?- He venido a decirle que el Premio Nobel se lo merecía más usted que yo, incluso se lo merecían más Unamuno, Azorín o Don Antonio Machado.- Bueno, basta, basta, -le dijo Don Pío- que como siga Ud. repartiendo el Premio así vamos a tocar a muy poco.
(Para Baroja, Hemingway era un hombretón, a menudo rodeado de prostitutas y repleto de dólares, persona poco seria y muy áspero en el trato).
Parece ser que Hemingway le regaló una bufanda, unos calcetines, una botella de whisky, y un libro con la siguiente dedicatoria:
"A usted, don Pío, que tanto nos enseñó a los jóvenes que queríamos ser escritores".
"A usted, don Pío, que tanto nos enseñó a los jóvenes que queríamos ser escritores".
Pocos días después, Hemingway sería uno de los portadores del féretro de su admirado escritor.
Relaciones de con otros creadores
En esta época el principal lugar de debate cultural era las tertulias que tenían lugar en los cafés madrileños y en instituciones como el Ateneo; allí se encontraban algunos personajes consagrados - literatos, artistas, profesores y periodistas - junto con jóvenes deseosos de hacerse notar y adquirir relaciones que les permitieran promover sus respetivas carreras creativas.
Cada tertulia solía reunirse en torno a unos pocos personajes principales habituales, que solían competir por acaparar la conversación e imponer su criterio. En aquellos duelos dialécticos brilló desde un principio Valle-Inclán; la fama de su ingenio llegó al extremo de que pronto se difundieron versiones exageradas, e incluso completamente inventadas, de comentarios que se le atribuían.
Su fuerte personalidad y la dedicación a este ambiente le llevó a "presidir" tertulias en los cafés De la Montaña, Madrid, Fornos, Lyon d'Or yel más asociado a su persona, El nuevo café de Levante.
Entre las frases que se le atribuyen figura la siguiente: "El Café de Levante ha ejercido más influencia en la literatura y en el arte contemporáneo, que dos o tres universidades y academias".
Una de las relaciones más tempranas fue con Jacinto Benavente. En 1898 participó como actor en su obra La comida de las fieras. Al año siguiente Benavente estuvo presente en la famosa pelea en la que Valle se lastimó el brazo, así como en la operación de amputación; se ha escrito que al quejarse Valle del dolor del brazo, Benavente le dijo: "¡Cá, Ramón! Ese ya no te dolerá nunca más". La amistad entre ambos acabó también con una dura discusión en el Café Madrid, a resultas de la cual Benavente y sus partidarios decidieron formar otra tertulia en la Cervecería Inglesa. La diferencias entre ambos dramaturgos aumentaron durante la Gran Guerra de 1914, pues Benavente fue uno de los escasos intelectuales españoles que se declaró públicamente germanófilo, en tanto que Valle fue un notorio partidario de los franceses.
Pío Baroja nos ha dado noticia de alguno de los altercados protagonizados por Valle, trasladándonos la siguiente opinión del escritor treintañero: "se sentía dictador en su tertulia, tenía a veces riñas desagradables. Valle-Inclán se hallaba entonces en el apogeo de la altivez y la impertinencia".
Azorín coincidía con Baroja, Benavente y otros en la intolerancia de Valle, pero admitía su fascinación por el personaje humano.
Por el contrario, esa posición política le acercó al pintor Ignacio Zuloaga (decidido propagandista de los franceses), con el que estaba previsto que realizara la visita al frente de guerra de 1916. El vasco no pudo finalmente acompañarle, pero la amistad estaba ya sembrada y algún tiempo después, Ignacio - como Presidente del Patronato del Museo de Arte Moderno - medió para que se le otorgara la plaza de Director de laAcademia de España en Roma; también le incluyó en el cuadro inacabado "Mis amigos" y le realizó un retrato individual.
También retrataron a Don Ramón el pintor Juan Echevarría y Anselmo Miguel Nieto, pero el pintor favorito del dramaturgo fue Julio Romero de Torres, contertulio y gran amigo suyo, y para quien posó como modelo.
También tuvo un grave enfrentamiento con Benito Pérez Galdós, a causa de la negativa de este a estrenar una obra suya en el Teatro Español. Otro de los que han dejado por escrito una peor opinión acerca de Valle fue el novelista Pío Baroja. A pesar de algunas trifulcas, rivalidades y distanciamientos, también hubo escritores que opinaron a su favor. Entre estos se puede destacar a Azorín, Miguel de Unamuno, Gregorio Marañón yAntonio Machado; éste último le dedicó el siguiente poema al conocer su muerte:
Ya era en mis sueños Don Ramón, viajero
del áspero camino, y tu, Caronte
de ojos de llama, el fúnebre barquero
de las revueltas aguas del Aqueronte.
Plúrima barba al pecho te caía.
(Yo quise ver tu manquedad en vano).
Sobre la negra barca aparecía
Tu verde senectud de Dios pagano.
Habla, dijiste, y yo: cantar quisiera
Loor de tu Don Juan y tu paisaje,
En esta hora de verdad sincera.
Porque faltó mi voz en tu homenaje,
Permite que en la pálida ribera
Te pague en áureo verso mi barcaje.
del áspero camino, y tu, Caronte
de ojos de llama, el fúnebre barquero
de las revueltas aguas del Aqueronte.
Plúrima barba al pecho te caía.
(Yo quise ver tu manquedad en vano).
Sobre la negra barca aparecía
Tu verde senectud de Dios pagano.
Habla, dijiste, y yo: cantar quisiera
Loor de tu Don Juan y tu paisaje,
En esta hora de verdad sincera.
Porque faltó mi voz en tu homenaje,
Permite que en la pálida ribera
Te pague en áureo verso mi barcaje.
A diferencia de otros compañeros de la Generación del 98, que viajaron extensamente por Europa - comoBaroja y Maeztu - o que pasaron largas temporadas en Francia - como Azorín, Unamuno y los Machado - la actividad viajera de Don Ramón se dirigió a Cuba y a Méjico.
En sus primeros años en Madrid tuvo la ocasión de conocer al poeta Rubén Darío, pues con el coincidió en las dos estancias del nicaragüense en Madrid: en 1895 y 1899. El estilo modernista de Rubén dejó cierta huella en los primeros escritos de Valle.
Durante su estancia en Roma (1933 - 1935) Valle-Inclán también tuvo la ocasión de conocer al escritor italianoGabriele D'Annunzio; ambos fueron autores de obras muy originales, resultando aún más famosos por sus vidas polémicas, actos heroicos y múltiples escándalos, dos personajes novelescos.
ORTOGRAFÍA
En el siguiente enlace podrás realizar diferentes ejercicios de ortografía . Haz click en g y j para realizar las ejercicios correspondientes a esta unidad.
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